Salió un día a caminar bajo el sol.
Radiantes estaban ambos. Felices de verse otra vez.
Se miraban con cariño, disfrutándose y acompañándose, pensando en que jamás se volverían a separar.
Ella bailaba melodías que reflejaban colores en su lírica
mientras él la iluminaba.
Paciencia, amor puro, en bruto.
De ese que los recién enamorados se prometen devotamente.
Pero nada es para siempre dicen por ahí..
Y tienen mucha razón..
Se amaban, de eso no había duda. Pero la luna también está en su derecho a aparecer. Y no iba a dejar que se lo quitaran.
Pelearon por su amor. Pero el sol es viejo ya.
Sus fuerzas se agotaron rápidamente, porque la noche lo apagó.
Ella maldijo las horas, los deseos y el amor.
Y se perdió en sus propias lágrimas
a la luz de la luna.
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